La cabaña fue diseñada pero ¿y el paisaje?

Es evidente que este pequeño conjunto formado por una simple choza y la pequeña pasarela que la une a la playa fue construido por alguien. Aunque se trate de una construcción muy sencilla, es obvio que no pudo ser originada ni por el viento ni por la lluvia, ni mucho menos por algún trueno o tsunami.

Ese conjunto posee diseño, una intención clara, una utilidad preconcebida.

Alguien diseñó este conjunto y, luego, él mismo -u otra persona- lo construyó.

No fue concebido por la nada. No fue construido por la nada.

Pero, ¿y el cielo?

¿No se tratará, por consiguiente, de algo irracional el asegurar -como muchos lo harán sin pestañear- que el conjunto formado por el cielo, las nuves y el mar vino de la nada?

Piensa por ti mismo.

Hay cosas que nos han explicado que, si las pensamos un poco, no tienen ningún sentido.

Nos las creímos siendo todavía unos niños porque nos las contaron personas a quien respetábamos.

Pero, ahora, ya no somos niños inocentes…